¿Recuerdas al chico raro del salón que siempre dibujaba cosas perversas en la parte de atrás de sus cuadernos en lugar de prestar atención en clase? Si te preguntabas qué sucedió con él, resulta que hoy en día podría ser Johhny Ryan y publicar unos cómics increíblemente violentos.
Mucho antes de que Superjail! nos sorprendiera con su violencia animada, existió un cómic que llevó la agresividad dibujada a otro nivel de exquisitez. Probablemente el trabajo más limpio lingüísticamente de Johnny Ryan, Prison Pit (Pudridero en español) está lleno de sangre, vísceras, decapitaciones y desmembramientos sorprendentes.
Ryan comenzó su carrera en 1994, al autopublicar su cómic Angry Youth Comix, cargado con un lenguaje soez y vulgar que llamó la atención del legendario Peter Bagge, creador de Hate. Luego de pasar por varias publicaciones, en el 2009 apareció el primer número de Prison Pit, lo que inició una increíble franquicia que ha inspirado numerosos derivados (donde Superjail! es la más notable), además de diversificarse en un documental y un grupo de animaciones.
En el primer número de Prison Pit, publicado en el 2009, conocemos a Cannibal Fuckface, nuestro antihéroe que debe batallar hasta la muerte contra otros presos para alcanzar la supremacía total sobre la árida zona negativa en la que se encuentran atrapados. Conseguir ediciones en soporte físico de este primer volumen puede ser algo complicado. Sin embargo, las ediciones digitales abundan en la red.
Durante los siguientes años, Ryan expandió aún más el perverso universo de Prison Pit y publicó cuatro volúmenes más, cargados todos de la más sublime ultraviolencia dibujada.
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En el segundo volumen, nuestro antihéroe se lanza en una épica vendetta contra el gigante que le arrancó un brazo. Sin embargo, terminará por jugar un rol importante, contra su voluntad, en un intento de fuga de los pozos de lucha. Basta con decir que ser el foco de una venganza de un tipo llamado Cannibal Fuckface es de las peores cosas que pudieran sucederte.
En el 2011 apareció el volumen tres, centrado en un nuevo personaje que llega a los pozos de lucha para vengarse de nuestro antihéroe. ¿Vengarse de qué? No lo sabemos, pero seguramente se debe a alguna porquería épica que nuestro Cannibal le haya hecho.
En el volumen cuatro, probablemente el volumen más perverso de todos hasta la fecha, Cannibal Fuckface planea escaparse del Caligulon tras mantener sexo con el Slorge (créenos, conviene más que lo veas, a que te lo expliquemos), para crear una especie de hijo perverso que sólo sabe destruir. Obviamente, nada sale como lo planeado, por suerte para los lectores, que reciben como premio raudales de violencia, sangre y vísceras.
El último volumen publicado, enfrenta a nuestro héroe con los Holocaust Brothers, y con su némesis más grande, el perverso Slitt, único que posee el secreto para escapar del Prison Pit.
Si lo pensamos bien, debemos agradecerle a Johnny Ryan lo poco que le importa la opinión ajena, y lo lejos que está dispuesto a llegar para nuestro entretenimiento. Desde aquí se lo agradecemos con el corazón en la mano. Literalmente.
Les dejamos esto... A ver si se envician.
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