La muerte de Paul Walker en 2013 dejó una profunda huella en sus familiares, admiradores, y también en sus compañeros de reparto, que han llevado su pérdida de maneras muy dispares. Mientras que Vin Diesel le sigue teniendo presente cada día y le homenajea a cada ocasión, otros como Michelle Rodríguez parece que pasaron por un duelo muy distinto.
Tal y como ha confesado la actriz en un documental que se emitirá en unos días, y que recoge TMZ, pasó un año muy triste en el que se entregó a las drogas psicodélicas.
"Cuando perdí a Paul, durante un año fui como un animal, ¿qué podía hacer, físicamente, para apartar de mi cabeza el sentido de la existencia? Mi mente estaba centrada en lo transitoria que resulta la vida y el hecho de estar aquí y desaparecer en cualquier momento", explica en 'The Reality of Truth', que así se llama el documental en el que participa y que ahonda en la relación entre la espiritualidad, la religión y la psicodelia.
La actriz también reconoce que consumió ayahuasca, una planta alucinógena, durante una visita a Perú, lo que según ella, provocó "la destrucción de todo lo que conocía".
"Hice todo lo que podía hacer para esconderme de mí misma y le aseguro que al consumir ayahuasca me entrisecí, porque pensé que yo me había quedado aquí. No estaba triste porque él se hubiera ido, sino porque yo me había quedado. Me daba celos que él se hubiera marchado antes", añade la intérprete en sus íntimas declaraciones.
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