Una chica negra de quince años será la nueva Iron Man. Un movimiento clave pero insuficiente para que Marvel alcance su meta de diversidad e inclusión. Necesitamos más Northstars, más Storms, más Kamala Khans, más Carol Danvers, etc.
Las noticias de que Tony Stark dejaría temporalmente su puesto como Iron Man a Riri Williams, una chica de 15 años que resulta tener la piel de color negro. Riri, además de una estudiante del MIT, es una científica con un intelecto altísimo, muy similar al propio Tony Stark en sus años jóvenes. La noticia levantó ampollas y los sectores más sexistas y racistas de la sociedad no dejaron de vociferar su disconformidad.
La realidad es que esto es parte de un proceso. Marvel sabe que tiene que realizar un mayor esfuerzo en pro de la inclusión y de la diversidad. No solo porque sea sano, ayude a dar ejemplos y ofrecer espejos en los que niños y niñas de cualquier tipo de procedencia se vean reflejados. También porque tiene sentido económico. Si vendes cómics, merchandising y haces películas que se centren en más grupos demográficos distintos, conseguirás más dinero que si solo te centras en uno.
Es complicado medir el número de personajes por los grupos a los que pertenecen, y correlacionarlo con la importancia del personaje. Es decir,no se puede equiparar a Peter Parker con su tía May. May Reilly Parker como personaje femenino no representa lo mismo que su sobrino. Necesitamos comparar personajes similares. También cuando hablamos de Marvel, hay una división entre personajes que aparecen en el universo principal (Earth-616) frente a otros fondos paralelos secundarios. Pero los datos analizados por Hipertextual muestran que hay mucho por delante.
De poco sirve tener un elenco infinito de mutantes, vengadores, inhumanos y más si la inmensa mayoría son hombres blancos heterosexuales. Mucho menos si las mujeres y minorías que aparecen quedan relegados a papeles secundarios
De la misma forma, tampoco es lo mismo que Elektra sea lesbiana en el universo Earth-200111, si no lo es en el Earth-616. Al final quedará como algo anecdótico más que como parte normal de la sociedad. Hablamos de minorías étnicas porque siguen siéndolo en Estados Unidos, el país de origen de Marvel, donde basan la mayoría de sus historias, y donde consiguen la mayoría de sus ingresos. Obviamente los asiáticos o musulmanes no son un grupo minoritario en el mundo, pero sí lo son en Estados Unidos.
Las mujeres son, por mero volumen nominal, el demográfico más ignorado por Marvel. Resignadas a quedar como personajes secundarios en la mayoría de arcos argumentales de Marvel, los cómics donde son protagonistas quedan expuestos a boicots activos y subconscientes de sus compradores habituales. Hay un incentivo económico para que estas empresas no se aventuren en el terreno de nadie, en el que se aliena a compradores fieles y mientras otros aparecen para tomar su lugar.
Tomar este tipo de decisiones es enfrentarse a un riesgo claro y evidente, con expectativas de que la apuesta se consolide. Marvel ha demostrado ya que no es una simple estrategia para conseguir dinero y publicidad, se trata de cambios con sentido y calidad narrativos que además cuentan con el beneficio de mejorar la inclusión y la diversidad de sus obras.
En cuanto a los aficionados, lo único que está en su mano es apoyar este tipo de apuestas tanto con su cartera, como expresando su conformidad ante estos cambios. Hoy nos centramos en Marvel, pero es un reto a la que todos los grupos editoriales, estudios de cine y cadenas de televisión se enfrentan a diario: Disney, Pixar, Marvel, DC, Dreamworks, Star Wars, Universal, Fox, Sony, toda la industria del centrada en el young adult, y muchos, muchos más.
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